sábado, 27 de diciembre de 2008

Estrenamos presidente


La reciente elección de nuestro colega Víctor Vega Paz, como flamante Presidente Del Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de San Juan de Lurigancho (CPYCSSJL) el pesado 14 de diciembre –pesado porque a pesar de los 300 grados de calor estuvimos fieles en nuestra cola para emitir el voto-, es una señal de nuevas perspectivas para nuestra institución descuidada por muchos de sus asociados.

-Ah… pero su chamba es fácil, oiga usted… que nos dé nuestro carné de prensa y punto.
-¡¡¡No señor. Nada que carné de prensa y punto. Eso ya fue!!!

La tremenda responsabilidad de Víctor Vega terminará dejándolo sin apellido, o sea sin paz, cuando enfrente con baygón a todos aquellos oportunistas que se cuelan en el gremio vendiendo artículos mal escritos y valiéndose del carné para la estafa.

No es fácil ser la cabeza de una institución. Primero porque, los gastos administrativos de coordinación, de representación, de actividades, de papeleo, además del caldo de gallina, saldrán de su propio bolsillo al punto que terminará perdiendo la cabeza. Segundo. Cuando necesite la participación de sus ochenta socios se dará cuenta que sólo cuarenta recuerdan que son socios; veinte los que saben que él ha sido elegido Presidente; diez los que se comprometen a ayudarlo, cinco los que cumplen con llegar –aunque después de tres horas- a las actividades cuando ya todo está hecho; y sólo tres quienes llegamos puntuales a las reuniones de los martes.

Cosa increíble porque cuando hay almuerzo y champaña por el Día del Periodista aparecen quinientos socios incluidos las esposas, las amantes y hasta las empleadas –y con carné de periodista- y con tazón en la cartera para el calentado del desayuno.
Pero esos detalles no intimidan a nuestro nuevo Presidente…

-Víctor, y ese pomito de agua de azahar… ¿para qué es?

Por eso, durante su discurso de juramentación, Víctor ha sido claro y lanzó algunas pepas -de palta para los infiltrados- con las que iniciará su labor a partir del 1º de enero del 2009.

Ha prometido el reempadronamiento oficial con penicilina incluida y con copia certificada a todas las instituciones del país, la recarnetización a gritos de parturienta de todos los socios y bajo el nombre de Socio y NO de Prensa como hasta hoy por la mañana usan algunos gacetilleros que prostituyen la chamba para su mermelada. Y entre ellas, un rol de actividades que incluyen la capacitación a través de universidades de prestigio. Eso para empezar, como quien dice de entradita.

Su iniciativa es prometedora y da pie para que su Plancha Directiva donde se incluyen nombres como el de Elizabeth Quispe, Néstor Rojas, y el que escribe, se comprometa aún más en su proyecto de redondear la imagen del Círculo de Periodistas en el distrito.

-Oiga pero pajarito me ha dicho que no invitan a las reuniones…

A ver, cómo le explico. A mí pajarito me dijo que el alcalde había sido defenestrado y que en su lugar estaba nuestro amigo Ronquillo dando amnistía tributaria retroactiva a cincuenta años atrás. Qué le parece.

Pero lo importante aquí no es lo que digan los demás sino lo que en adelante debemos hacer para apoyar la labor de Víctor Vega; estimular la cooperación que de muchos no tuvo Oscar Larenas durante sus dos años de labor. Si los asociados no aportan, no vienen a las reuniones, no cumplen los compromisos… No joroben pues. Así no se puede hacer nada.

Pero aquí entre nos, habría que pedirle a nuestro colega Larenas vaya entrenando a Víctor Vega en algunas de las tareas de mago, cuando organice los desayunos en Asentamientos Humanos y no tenga ni siquiera un solo centavo; cuando vea de dónde saca los trescientos almuerzos del Primero de Octubre, fondos para las actividades sociales, plata para los locales, para las charlas, los forum de medio año.

Conseguir donaciones no es sencillo, porque ni siquiera hay sencillo para las llamadas por teléfono. Torear los gastos es imposible, invitar personalidades, mantener buenas relaciones –sociales no sexuales-, mover todo un aparato logístico –además de rezarle a la virgencita tres días antes para que todo salga bien-, no es fácil. A ver usted récele a la virgencita del parque y haga aparecer un sol. De hecho que virgencitas no va encontrar, y lo que encuentre le va hacer gastar más de un sol, créame. ¿Terrible, verdad?

La mayoría de veces todo ha procedido gracias a la confianza y la integridad de quien coordina las actividades, y en este caso, la imagen de Oscar Larenas como Presidente ha hecho posible, hay que decirlo, muchas de las actividades que la sóla imagen de nuestra institución no hubiera podido conseguir.

Adolecemos de ello, de imagen. No se pueden remendar los objetivos del Círculo de Periodistas en base a una persona –pero sí se puede remendar los bolsillos de nuestro nuevo Presidente y del que escribe esto, de seguro que sí-.

Ésta tiene que ser una labor conjunta. No importa la cantidad, sino la calidad de socios que El Círculo de Periodistas y Comunicadores sociales de San Juan de Lurigancho pueda albergar. 

Por ello, como institución su trabajo deberá tener la integridad moral y la capacidad hacer respetar el ejercicio profesional periodístico y respaldar a sus asociados ante cualquier atropello de quien no quiera respetarla.

Éxitos a nuestro amigo Víctor Vega y a su nueva Directiva.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Las neuronas de Gutiérrez


Estoy de acuerdo. El burro es y será, por excelencia, el animal doméstico que pertenece a la familia de los que no entienden, y que a su vez se clasifican en el orden de los más obstinados ejemplares de la bestialidad humana.

-Oye Gutiérrez, deja eso que te vas a electrocutar…

-No… que yo sé arreglar, hombre. Todas las cafeteras son iguales…

Y al rato nuestra cafetera le explotó en la cara convirtiéndolo de blanco a negrito de tribu Ponapé, achicharrándole con justicia las pestañas, apagando todas las computadoras de la cuadra, movilizando a quinientos curiosos que ya habían llamado a los bomberos y dejándonos el desayuno con Inca Kola en vez de café.

-Oye Gutiérrez no desarmes la fotocopiadora que es nueva…

-No… ¡ya está ya…! Sólo movemos este cable… y…

…Y la madrugada del viernes se la pasó aderezando encuentro, pechuga y pescuezo, y repartiendo polladas durante el almuerzo para costear el bendito mantenimiento que hasta hoy no termina de pagar.

¿No es acaso un burro este señor?

En la oficina siempre hay un tarado que destaca por sus cualidades de bestia. Y claro, decirle burro -con el perdón del más respetable onagro o el más débil de los burdéganos de la sabana- es una ofensa para estos animalitos de Dios que no son burros por el puro gusto de dar la contra.

Si un burro se sienta y dice no camino más cuando usted le habla, no lo hace. Primero porque está cansado y porque cuando está cansado se merece un descanso, y los burros, así como su amante la mula tienen un increíble sentido de valoración por su existencia. Y segundo, porque a los burros así usted le hable en 14 idiomas jamás le va entender porque es un animal y si usted insiste terminaría siendo más animal que el burro, pero bueno.

-¡Estoy hasta la herradura y no me insitas porque te agarro a patadas…!

Y una patada de burro es como para que la soporte, con más justicia, otros burros como Gutiérrez y sus íntimos, porque todo burro tiene íntimos, y si se dan cuenta, siempre se junta con otros burros que relinchan cada sandez. Aparte que se reproducen en la oficina peor que los hongos.

-Para mí el padre del marketing siempre va ser Carlos Marx.

-Ah sí… sí lo he leído. El que escribió hace tiempo Los dueños del Perú.

Allí me di cuenta que la estupidez humana también es causa o por lo menos induce a la catalepsia, porque así me quedé.

Díganme, por Dios. ¿Esto no es una masacre al sentido común y las neuronas?

Entendí que la bestialidad había alcanzado la estratosfera cerebral de Gutiérrez y de su amigo comiéndose hasta el último de sus nervios cerebrales, pero haciendo un esfuerzo sobrehumano reaccioné, levanté mi almuerzo y me alejé quinientos metros hasta la cafetería donde Flor degustaba un delicioso postre de calabaza, y de paso resolvía un crucigrama. Al sentarme a su lado me preguntó al aire:

-Revolucionario argentino-cubano de tres letras…

-¡Carlos Marx…! ¡Carlos Marx…! -respondí, como si fuera una grabadora automática debido a semejante diálogo que me fulminó el sentido común.

A la pobre Flor Flores que había quemado cerebro cinco años en la universidad estudiando sistemas y que era lectora de Kafka y Saint - Exupery, hasta ahora no le encuentran las pepitas de la calabaza que se le impregnaron hasta en el cerebro de la impresión. 

Me han dicho que soy el culpable y que otro día no sea un burro a la hora de contestar.

Y toda la culpa la tiene Gutiérrez y sus neuronas.